Muchas empresas no hacen un despliegue de sus metas y objetivos, dejándolas solamente a nivel estratégico pero sin llevarlas a la operación, lo que impide que los empleados comprendan su contexto en la organización y que realmente se comprometa con el trabajo.
¿Qué obtenemos cuando hacemos un despliegue de objetivos?
1. Claridad y alineamiento: Ayuda a alinear los esfuerzos individuales con los objetivos organizacionales.
2. Enfoque y priorización: Define qué es importante para la empresa y ayuda a priorizar las actividades diarias en función de esos objetivos.
3. Medición y seguimiento: Permite una evaluación objetiva del progreso hacia los objetivos establecidos.
4. Motivación y compromiso: Proporcionar un sentido de propósito y significado en el trabajo diario, lo que aumenta la satisfacción laboral y la retención del talento.
5. Transparencia y comunicación: Promueve la confianza entre los empleados y la dirección, así como una cultura de colaboración y trabajo en equipo.
"Sólamente el 47% de los empledos tienen objetivos y/o responsabilidades claras. Sin embargo existe un amplio porcentaje de personas que vagan por las empresas sin objetivos ni proposito, simplemente enfrentándose al día a día"
Lleva tus objetivos al Nivel Operativo
Los objetivos de una empresa se despliegan en tres niveles distintos para garantizar una alineación efectiva y un cumplimiento coherente de la visión corporativa. Si no los desplegamos hasta el nivel Operativo entonces es muy probable que no lleguen a cumplirse.
A. Nivel estratégico, los directores establecen metas de largo plazo que delinean la dirección general de la organización y su posición en el mercado.
B. Nivel táctico, los responsables de cada área traducen estas metas en objetivos más específicos y medibles, diseñando planes y estrategias para alcanzarlos.
C. Nivel operativo, los empleados ejecutan las tareas diarias que contribuyen al logro de los objetivos tácticos y estratégicos, asegurando una ejecución eficiente y eficaz de las iniciativas empresariales.
1. Define tus ciclos de metas
Este paso implica identificar las aspiraciones y direcciones generales de la empresa a largo plazo.
Un ciclo de metas agrupa aspiraciones que queremos cumplir en un periodo de tiempo. Las metas establecen el rumbo que la organización quiere seguir y proporcionan un marco de referencia para la toma de decisiones estratégicas.
Por ejemplo, una empresa puede establecer metas relacionadas con el crecimiento de ingresos, la expansión geográfica, la mejora de la rentabilidad o el liderazgo en innovación. Estas metas suelen ser amplias y abarcar varios aspectos del negocio. Es importante que las metas sean claras, específicas y alcanzables, pero lo suficientemente ambiciosas como para impulsar el progreso y el crecimiento.
2. Managers y los objetivos tácticos.
Una vez que se han establecido las metas estratégicas, el siguiente paso es desglosar estas metas en objetivos tácticos más específicos y medibles.
Estos objetivos tácticos representan hitos intermedios que deben alcanzarse para avanzar hacia la consecución de las metas estratégicas. Por ejemplo, si la meta estratégica es aumentar la cuota de mercado en un determinado segmento, un objetivo táctico podría ser lanzar una nueva línea de productos orientada a ese segmento o mejorar la distribución en esa área geográfica.
Estos objetivos deben ser realistas y factibles dentro del marco temporal establecido. Los Managers y responsables de cada área deben proponer los objetivos que contribuyan a la consecución de las metas.
3. Despliega los objetivos a todos los empleados
Una vez que se han definido los objetivos tácticos, es necesario llevarlos a la práctica a nivel operativo. Esto implica traducir los objetivos tácticos en objetivos y acciones concretas y asignar responsabilidades específicas a los empleados o equipos encargados de ejecutar esas acciones.
Cada objetivo operativo debe estar alineado con un objetivo táctico y contribuir directamente a su logro.
Por ejemplo, si el objetivo táctico es mejorar la eficiencia operativa, los objetivos operativos podrían incluir la implementación de nuevas tecnologías, la optimización de procesos o la capacitación del personal.
Es importante comunicar claramente estos objetivos operativos a todos los niveles de la organización y proporcionar los recursos necesarios para su ejecución efectiva.
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